Archivo del 27 septiembre, 2012
LOS OJOS OCULTOS (CRISTALERIA FINA)
27 septiembre, 2012 Autor: admin………………..
LOS OJOS OCULTOS (CRISTALERIA FINA)
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Por Margarita Fernández
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VEINTISEIS DE SETIEMBRE DE DOSMILDOCE
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Ane-Marie continuaba navegando por internet y guardando en favoritos los reportajes que mas llamaban su atención.
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A las diez y cuarenta y cinco minutos, encendió el televisor en la única cadena que aquel día parecía emitir lo menos malo; mientras empezaba el programa que a ella le interesaba, siguió buscando pueblos y paisajes que nunca había visto, más aún que no sabía que existían.
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Las fotos de Avebury la mantuvieron entretenida mucho rato, hasta que un ruido la sacó de su estado de concentración. En el piso de arriba alguien había dejado caer una taza ó plato.
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Pero sus vecinos estaban de vacaciones en Canarias y estarían mucho tiempo pues se habían jubilado los dos: ella y él.
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Bajó el volumen del televisor, y se quedó inmóvil aguzando el oído.
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Escuchó claramente el ruido que hacía la escoba al barrer los cascotes; pero en el piso no había nadie.
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Cogio las llaves de su piso después de levantarse sigilosamente, de puntillas recorrió el pasillo con la luz apagada, abrió la puerta de la calle y esperó en el descansillo de la escalera, solo se oía su propia respiración , un poco jadeante , todo hay que decirlo.
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Subió despacio y también de puntillas hasta el piso de arriba, las escaleras de madera sonaban un poco….por fin vio la puerta de sus vecinos y vió un finísimo resplandor de luz.
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Se aceleró y movió un pie con tan mala suerte que el escalón crujió demasiado, al instante el resplandor de luz desapareció.
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Juzgó necesario esperar unos minutos sin moverse, aunque le costara deshidratarse por lo mucho que estaba sudando.
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“Me moriré de miedo” pensó
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El tiempo pasaba para ella muy lentamente. Miró el reloj varias veces…..extrañamente al pasar varios minutos el resplandor volvió a verse por debajo de la puerta.
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En silencio se descalzó imprudentemente, puesto que la escalera volvió a crujir y ella corría peligro de resbalar en los escalones encerados….literalmente se lanzó escaleras abajo sin mirar atrás. Entro en casa y cerró la puerta echando todos los cerrojos , que eran siete y además echando ó intentando cerrar las puertas con sus respectivos cerrojos de su imaginación
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Era casi media noche. Apagó el ordenador y se fue a la cama……..
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No podía dormir y poco a poco los ruidos nocturnos fueron haciéndose patentes según pasaban los minutos, el edificio estaba vacío por que? había tantos ruidos que parecía una ensoñación; quizás cambios de presión en las tuberías, palomas en el tejado y en los balcones,viento infiltrándose en un edificio como aquel; por ejemplo el portal tenía estropeada la cerradura y en días de viento golpeaba sin parar una hoja contra la otra, si además la empresa de limpieza había dejado una ventana abierta de un entreplanta de la escalera, la corriente estaba garantizada y los ruidos también.
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Quizás también roedores en los sótanos, garajes y trasteros.
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Poco a poco sintió que los párpados le pesaban , y, después de dar muchas vueltas, encontró una postura ideal para quedarse dormida y por primera vez en mucho tiempo no besó la foto de su hermano antes de dormir, aunque la estuvo mirando largo rato hasta que se durmió.
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Por la mañana , al despertar….lo primero que hizo fue poner la radio , una emisora que ponía música las veinticuatro horas al día , todos los días del año.
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Se duchó y se vistió.
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Preparó una manzanilla muy caliente y un sándwich de dulce de manzana y queso de untar.Lo comió con gana y se hizo otra manzanilla.
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Tocaba ahora ocuparse del correo. Pensó:” escribiré a Pelo Rojo y le contaré lo que me sucedió anoche “
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Eso hizo.
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Otro día contestaría a los demás.
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Luego ordenó su habitación, recogió los cacharros del desayuno, y abrió las ventanas.
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Después limpió el baño.
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Hacía muy buen día después de una noche muy fresca.
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“es un buen día para ir al mercado” y se arregló :pantalones tejanos color gris y una chaqueta de punto de muchos colores.
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¿Qué encontró en el mercado?
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De todo un poco.
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Encargó manzanas para hacer dulce en el puesto del que era clienta habitual. Compró tres kilos de patatas y pimientos de Padrón de importación que le costaron un ojo de la cara, pues la frutera los traía de Galicia expresamente por mediación de un camionero conocido de su familia.
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No había muchos franceses que consumieran aquellos pimientos, solo los que conocían gente del Norte de España ó tenían familiares allí. Los restantes fruteros del mercado no veían con buenos ojos la fama de aquellos diminutos pimientos de los que se decía: los pimientos de Padrón unos pican y otros no.
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Luego dio un largo paseo, cierto bullicio de gentes que iban y venían, buscaban aquello que necesitaban y lo compraban y miraban y comparando precios, por saber y también planificando compras para más adelante.
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Entro en una mercería tradicional, y compró unos leguis color cereza, eso ponía la etiqueta aunque para ella eran color frambuesa.
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Y puso rumbo a casa
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Al doblar la calle de la Iglesia de su barrio se cruzó con un individuo que había visto en alguna otra parte..ah si estaba comprando en el puesto de hierbas aromáticas del mercado
Le dio tiempo a comprar las hierbas y llegar al punto donde estaba ella y además en dirección contraria. El hombre bajó la cabeza en el momento de encontrarse con Ane.
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Ane intentó no archivar eso en su cerebro, entonces siguió caminando y entro en la Iglesia y como siempre hacía dejó muchas monedas en la plataforma de pié que contenía muchas velas, cada moneda de un euro encendía cuatro velas. Las encendía por su hermano. Lo hacía siempre que iba al mercado, o sea una vez a la semana ,introducía todas las monedas que reunía durante siete días. Por primera vez desde que se había muerto su hermano no lloró.
Salio de la Iglesia reconfortada, e inició la vuelta a casa, a los pocos metros se cruzó de nuevo con aquel hombre, aceleró , faltaban pocos metros para llegar al portal, llegó jadeando e inexplicablente no cogió el ascensor y subió las escaleras de dos en dos hasta llegar al quinto piso donde vivía. Sacó las llaves del bolsillo derecho de su raido tejano gris e introdujo la de la puerta en la ranura, abrió, entro y cerró echando los siete cerrojos y…jadeando se dejó caer sentada apoyando la espalda en la puerta….
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Tenía que contárselo a Pelo Rojo, en cuanto se recuperara del miedo.
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CONTINUARA……………………………